España contra Cataluña. Seis consideraciones sobre historia, conmemoraciones y política.
- La historia es una disciplina compleja y los historiadores un grupo diverso, que toman diferentes caminos y enfoques para aproximarse al material investigado y que interpretan los acontecimientos del pasado de forma diferente. Eso quiere decir que un buen historiador nunca manipulará o distorsionará los materiales que el pasado nos ha dejado, pero dentro de los límites de lo que las fuentes permiten (porque el conocimiento histórico está limitado por las fuentes disponibles), hay un amplio abanico de posibilidades para diferentes interpretaciones.
- Las conmemoraciones históricas pagadas por las instituciones políticas -sea el bicentenario de la Constitución de 1812, la Cataluña de 1714 o la guerra civil española- suelen ser buenas pruebas de cómo puede utilizarse el pasado para justificar el presente. Los políticos lo hacen a menudo: deforman la historia para adaptarla a sus propios fines. Y lo pueden hacer escogiendo mitos o lugares comunes que explican sus argumentos o distorsionando las pruebas para llegar al fin deseado. Tiran de la historia, porque toca ese día o porque la agenda lo exige, pero, en realidad, la aproximación que hacen es todo menos histórica, pura invención.
- Pese a lo bonita que puede resultar la celebración, no hay un hilo conductor que una aquel pasado de 1714 con el presente, como si la historia de España de los siglos XVIII, XIX y XX hubiera sido una lucha continua de España contra Cataluña y del “pueblo” catalán contra España para mantener sus libertades. La historia proporciona abundantes ejemplos de lo contrario y si ampliamos el enfoque a una historia social, y no sólo política e institucional, donde los obreros y campesinos, clases trabajadoras en general, se constituyen en el principal sujeto histórico, el objeto de estudio “España contra Cataluña” constituye una clara simplificación. Una historia que deje de concentrarse en las vidas y acciones de los dirigentes y preste atención, por el contrario, a amplios segmentos de la población y a las condiciones bajo las que vivían, que desplace el foco de interés desde las elites o clases dirigentes a las vidas, actividades y experiencias de la mayoría de la población, proporcionaría resultados distintos. No creo, por ejemplo, que la historia del anarquismo, tan presente en la Cataluña contemporánea, sus conflictos, luchas de clases y violencia, las ejecuciones en Montjuic, la organización de grupos de pistoleros por parte de la patronal, el terrorismo anarquista o el anticlericalismo, pueda interpretarse como una historia de España contra Cataluña.
- Las declaraciones interesadas sobre la historia, ampliamente difundidas por los medios de comunicación, contribuyen a articular una memoria popular sobre determinados hechos del pasado, hitos de la historia, que tiene poco que ver con el estudio cuidadoso de las pruebas disponibles, entendidas en el contexto en que se produjeron. Planteada de esa forma, la historia rescata tradiciones inventadas desde el presente y proporciona lecciones morales.
- Los historiadores debemos contribuir al debate, a la cultura, a la formación democrática y a la revisión y reconstrucción del pensamiento político y social. Debemos defender el análisis histórico y el oficio del historiador como un instrumento crítico de aprendizaje de la libertad, de sacar a la luz las partes ocultas del pasado y de proporcionar claves explicativas para revelar las relaciones de opresión y desigualdad, pasadas y presentes. Y aunque el conocimiento del pasado está limitado por las disputas entre historiadores, por los diferentes puntos de vista, por la tensión entre subjetividad y objetividad, lo que debe siempre evitarse es buscar los hechos más convenientes para apoyar las ideas favoritas de los gobernantes. Algo difícil de evitar cuando todo eso se hace y se organiza desde instituciones públicas orientadas por el poder político de turno, en vez desde congresos científicos independientes de ese poder.
- Promover una buena educación sobre la historia parece a muchos irrelevante, pero, mientras tanto, las celebraciones oficiales, desde Madrid, Barcelona o Zaragoza, siguen alimentando relatos míticos, simplificados, para consumo popular, a mayor gloria del poder. Por eso sólo generan polémicas y fuertes disputas políticas y mediáticas los congresos de historiadores donde está en juego un relato en el que el pasado se hace presente, aunque sólo en las partes que cumplen la función deseada. El resto de los congresos, como sabemos muy bien los historiadores, pasan desapercibidos (afortunadamente, en muchas ocasiones).
Postdata. Todo lo aquí escrito nada tiene que ver con el calor y poca luz con que una buena parte de los medios de comunicación está tratando el tema del Simposio “España contra Cataluña (o insultando a los historiadores que participan en él) y menos todavía con el hecho de que algunas formaciones políticas lo denuncien a la Fiscalía. La historia es una guía para la comprensión de la diversidad de creencias y culturas humanas. Lo que hacen con ella los políticos y los periodistas que normalmente la ignoran es otra cosa.
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Buenos días, me parece un comentario muy sensato. Me parece que los desencuentros entre Catalunya y Espanya se remiten más a la historia reciente. Te recomiendo el libro de Germà Bel que es muy clarificador y trabaja con datos objetivos para iluminar la subjetividad de este debate. Yo soy independentista y lo soy, principalmente, por personajes perdonavidas como el expresidente Aznar. No lo soy por acontecimientos de hace 300 años. Y por la defensa de mi lengua y mi cultura, no sólo por personajes nefastos.
Sigo muy de cerca todo lo que usted escribe ( por facebook). Cuando tenga un poquito de tiempo quiero leer su libro de «España partida en dos».
Saludos cordiales.
Si ánimo de polemizar inútilmente, pero no deja de sorprenderme que su razón «principal» para sentirse independentista se deba a personajes perdonavidas como el que usted cita.
Me gustaría pensar que se trata de un error.
Bona tarda
¿Pero bueno por que citan siempre a Zaragoza como modelo negativo? Menudo coñazo estar entre Madrid y Barcelona. A ver si los que nos vamos a independizar somo nosotros, los aragoneses. Los grandes ninguneados y que no existimos para ninguno de los dos. Curioso…
Por eso los Sitios de Zaragoza se explican de forma tan neutral y objetiva
Espero que estés de broma, hay pocas cosas más manipuladas por el españolismo que los sitios de Zaragoza, sobre todo el primer sitio.
Un saludo.
La ironía también forma parte de la vida.
Josep Fontana explicó bastante bien los sitios en «La crisis del antiguo régimen 1808-1833» ¿no?
Por supuesto. Una referencia ineludible.
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Buenos días, casi buenas tardes. Certero artículo como siempre, Julián. Aunque eso de los desencuentros entre España y Cataluña creo que vienen de más atrás, no olvidemos el siglo XIX. Y antes, entre Castilla y Cataluña. El libro de García Cárcel sobre Felipe V es un buen exponente; incluso en «Las Culturas del siglo XVI» presenta casos claros de lo que podemos llamar desencuentros; la carta que expone del tortosino Cristofor Despuig, en ‘Colloqiis de la insigne ciudad de Tolrtosa’ es realmente entrañablemente crítica cuando afirma que Cataluña ‘no sols es Espanya mas es la millor de Espanya’.
En fin, que de desencuentros hay bastante que hablar, aunque como bien dices tú no de España contra Cataluña por las múltiples razones que aportas.
Y más razón tienes aún en cuanto a lo que me atrevo a llamar yo delictiva utilización de políticos y prensa de la historia,incluido todo cuanto se proclama respecto al Simposio. Los historiadores participantes pueden ser algunos poco objetivos, acaso, pero merecen el máximo respeto (y en este caso salgo por Fontana como supondrás) por cuanto siempre contribuye a la formación de todos en cultura y democracia.
Un abrazo.
Creo que de todos modos valdría señalar que la política es también una actividad compleja y que los políticos son igualmente diversos. Que además hay grupos o colectivos para los cuales no sólo es remota la posibilidad de formar gobierno sino incluso la de tener representación parlamentaria. Muchas veces esos mismos colectivos humanos no cuentan ni remotamente con las posibilidades y recursos que otros poseen para dar forma y poner en circulación sus concepciones sobre la historia. Creo que entre las personas que se dedican a historiar no sólo existe diversidad. Está también el tremendo problema de la desigualdad.
Saludos
Como historiadora, como catalana, totalmente de acuerdo con el artículo. Es una vergüenza la forma en que la política se apropia de la historia. Saludos cordiales.
Buen artículo,pero lo que en historia no se puede mantener con método histórico ,no es historia,sino mito ,o leyenda.En mi opinión,la utilización de la historia, en una opción política,retrata de manera muy negativa ,alos que se dicen historiadores,( según Elliot,en cataluña la mayoría de historiadores ,que comen del pesebre nacionalista,cuentan una historia no muy refrendada con el método histórico).
Volviendo a Cataluña,me parece ruin ,que no hablen del proteccionismo arancelario que tanto benefició a Catalunya,del cliente incondicional que ha sido España ,de.la historia en común que hemos tenido.,en lo bueno y en lo malo.
El sr Homs habla de imperialismo español,,,,,,,,,nadie le dice que el único imperialismo en España,es los que reivindican los países catalanes ,.
Me aburren ,pero me dan miedo,el romanticismo alemán,el pan germanismo,la creencia de que son superiores,son monedas que se intercambian en Cataluña
Suscribo totalmente las palabras de Julián Casanova. Lamento que no será el posicionamiento que se escuchará durante estos días ni durante todos los que se evoque este evento en lo sucesivo. Pero por eso precisamente saludo y valoro la publicación de su opinión. Esforcémonos los demás en que se difunda todo lo posible.
Gracias, saludos y enhorabuena
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Siempre hay justificación para separar y pocas veces para unir, lástima…
Coincido con las palabras de Julián Casanova. Buena parte de culpa de las polémicas actuales sobre los nacionalismos la tienen los medios de comunicación con su información tergiversada y precocinada. Por poner un ejemplo, si el título del mencionado simposio hubiera sido Aragón contra España o Murcia contra España, seguro que no habría salido en los medios (des)informativas de cobertura estatal. Pero Cataluña es Cataluña, así que leña al mono…Una pena que se utilice la Historia para fines partidistas, ¡qué país!
Creo que el titulo no es apropiado y puede confundir a alguien.España quiere a Cataluña y siempre la ha querido,es una parte de si,como cualquier otra Comunidad y nunca ha estado en contra,en todo caso,una parte de Cataluña ha estado en contra de España
esto totalmente de acuerdo con vd. los aragoneses no nos separamos de nadie, ni dejamos a nadie tirado como hacen otros saludos
Muy de acuerdo con las palabras de Julián.
Yo soy Catalán y estoy ya un poco cansado de todo esto…, y cada vez me siento más derrotista al pensar que nada de esto nunca lleva a nada, sólo conduce a más odio y a prolongar la estancia en sus respectivos tronos a políticos de ambos lados.
Por otro lado @Casimiro, te has lucido en las últimas dos líneas de tu comentario. Aquí nadie se cree superior a nadie, en todo caso diferente. Y hasta ahora sólo se pretendía que se aceptara esta diferencia. Pero algunos entienden las diferencias como hechos fragmentarios que pueden escindir y hacer añicos la unidad de un país, y queriendo anular la diversidad lo único que consiguen es lo que pretendían evitar.
Y para Jose Pérez Arcos, sólo comentarte que si sólo has observado que una parte de Cataluña está en contra de España y no al revés, algo falla en tus fuentes de información.
«If you love somebody, set them free» o «Let it be». Si realmente tanto quiere España a Cataluña, que deje que el pueblo catalán hable, se pronuncie, sólo quiere esto, expresarse.
Creo que aceptar la diversidad de iberia es fundamental y un hecho incuestionable, creo que el derecho a decidir ningún demócrata va a estar en contra, pero estos mismos que están haciendo «loas» a ese derecho incuestionable no nos consultan sobre en que es más prioritario «recortar», si en sanidad, educación, derechos sociales ó en suprimir «embajadas», coches oficiales, dietas o subvenciones a colegios privados subvencionados….por favor si quieren que seamos compañeros de viaje que nos expliquen que tipo de sociedad quieren….posiblemente no me apuntaría a su proyecto….
Estoy muy de acuerdo con el artículo. Lógico parece que un país celebre la primera Constitución que ha tenido, lo cual puede ser compartido por la inmensa mayoría de la población. En cuanto a Cataluña siempre me ha sorprendido que en vez de 1640 intenten celebrar algunos una derrota (la de unos pocos catalanes que no representaban a la mayoría).
Certero y ecuánime. Nada sobra.
estoy de acuerdo con jose luis la derrota la tienen algunos no todos